La obesidad es una enfermedad que se caracteriza por la acumulación excesiva de grasa corporal. Lejos de ser un problema estético, es un problema de salud importante por su papel como factor de riesgo para otras enfermedades, como la diabetes tipo 2 o la enfermedad coronaria.
El tejido adiposo es el lugar donde depositamos y almacenamos la grasa corporal. Es un tejido muy importante para el organismo, ya que tiene muchas otras funciones: Sirve como productor de hormonas, como acolchonamiento para los órganos, como moderador de la temperatura corporal, etc. Cuando los humanos “colmamos” la capacidad de nuestro tejido adiposo para guardar grasa, la grasa continuará guardándose, pero ya no el tejido adiposo sino en otros órganos, como en los músculos, en el hígado, en el músculo cardíaco y en el páncreas. Ese depósito de grasa “fuera de su sitio” o grasa ectópica, condiciona riesgos para la salud.
La importancia médica del exceso de peso tiene que ver con:
1. El grado de exceso: Se mide utilizando el Índice de Masa Corporal (IMC), que es la relación entre el peso y la estatura. Según el valor obtenido se determina si el paciente tiene sobrepeso, obesidad grado I, obesidad grado II u obesidad grado III (mórbida), y cuanto más alto es el IMC mayor es el riesgo de sufrir enfermedades relacionadas a la obesidad.
2. El tipo de exceso: Haciendo uso del centímetro, se determina dónde se concentran los kilos de más. A través de la bioimpedancia, que es un método no invasivo, podemos saber con mayor precisión si los kilos “extra” corresponden a grasa corporal, o a tejido magro (músculo, huesos etc.).
Según cómo la grasa se acumula en el cuerpo, tendremos dos tipos principales de obesidad:
. Obesidad ginoide: la grasa se concentra por debajo de la cintura, comenzando en ella, acumulándose sobre todo en caderas y piernas, lo que comúnmente se dice forma de pera.
. Obesidad androide: la grasa se acumula en la cara, el pecho y el abdomen; es lo que se conoce con forma de manzana.
Igualmente puede haber un peso dentro del rango normal, y sin embargo tener problemas de salud y riesgo de enfermedades, por tener mucha grasa en sitios específicos, como la cintura o la cadera; desde el punto de vista médico, los llamamos “metabólicamente obesos, de peso normal”.
Si están alteradas las dos cosas, (el peso y la grasa en la cintura), tenemos “sobrepeso u obesidad central”.
El mecanismo básico por el que se produce el exceso de peso es un desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto energético, que está muy relacionado con hábitos inadecuados de alimentación, así como el sedentarismo típico de esta vida moderna. La única manera que tenemos de guardar las calorías que consumimos pero no utilizamos es como grasa corporal, es por esto que se dice que los tres factores principales de influencia son:
1. Tendencia genética
2. Aumento de la disponibilidad de alimentos
3. Sedentarismo de la vida moderna
El genoma humano es por naturaleza atesorador de calorías, ya que fue diseñado para sobrevivir a los períodos de hambruna durante la evolución. En los últimos años los humanos sumaron la sobredisponibilidad alimentaria y el sedentarismo obligado, y de esta manera es como tenemos hoy la epidemia global de obesidad. Es evidente que sobre los genes no podemos actuar, hasta el momento; pero los otros dos factores son decisivos y modificables.
Está demostrado que la gran mayoría de las personas con obesidad no se atribuyen solo a un factor, es por eso que el tratamiento de la misma debe ser interdisciplinario.
Otras posibles causas de obesidad pueden ser:
. Endocrinas: Hay desordenes hormonales que pueden llevar a aumentar de peso. Podemos citar al Hipotiroidismo y Síndrome de Ovario poliquístico entre los más frecuentes.
. Psicológicas: Los desórdenes en la conducta alimentaria tienen un componente psicológico que se puede controlar, cambiando de conducta y aprendiendo a hacer elecciones más convenientes.
. Medicamentosas: Pueden influir en el peso corporal. En algunos casos, el aumento del peso que producen los fármacos se debe a retención hídrica, mientras que en otros el medicamento aumenta la ingesta, o tiene un efecto directo sobre los depósitos de grasa.
La obesidad es, en este momento, una epidemia y un problema de salud pública que afecta a más de la mitad de la población adulta, y va en aumento alarmante en la población pediátrica.
Los riesgos de la obesidad derivan de las enfermedades asociadas. La gravedad y frecuencia de estas complicaciones van a depender de la severidad y del tiempo de evolución de la obesidad, alcanzando su máxima expresión en los obesos grado III, Severos o Mórbidos. Así, estas personas tienen 18 veces más probabilidades de morir que una persona normopeso de la misma edad y sexo.
Además la acumulación en exceso de grasa en el cuerpo que afecta directamente a nuestro peso, nos vuelve más pesados y lentos, aumentando el riesgo de tener problemas articulares, afectando nuestra calidad de vida.
Entre las enfermedades asociadas a la obesidad tenemos:
. Problemas metabólicos : Diabetes Mellitus tipo 2, Dislipidemia, Gota.
. Problemas cardiovasculares: Hipertensión arterial, Enfermedad coronaria, Insuficiencia Cardíaca, Trombosis Venosa profunda.
. Problemas respiratorios: Apnea del sueño
. Problemas osteoarticulares: Artrosis, Osteoartritis. Menor movilidad
. Problemas psicológicos: Disminución de la autoestima, ansiedad, depresión.
. Problemas digestivos: Cirrosis grasa, cálculos vesiculares, reflujo gastro-esofágico, hernia hiatal.
. Piel: Ulceras varicosas, micosis en los pliegues, dermatitis.
. Problemas hormonales: Disminución en la fertilidad, alteraciones en la menstruación.
. Cáncer: Endometrio, próstata, mama, colon.
En la obesidad severa, además de estas enfermedades, podemos encontrar problemas en la calidad de vida, como limitaciones en la actividad diaria, en la higiene, en las relaciones interpersonales (sexuales), así como limitaciones para el movimiento que lo hacen dependiente de otras personas, aún en personas jóvenes.
Nuestra propuesta incluye métodos científicamente avalados, que conforman un tratamiento interdisciplinario e integral del sobrepeso y la obesidad.
Si bien el peso que marca la balanza es nuestro principal parámetro, también evaluamos las características particulares de cada paciente, analizando los diferentes aspectos, complicaciones y causas del problema, como ser el grado y tipo de exceso, las enfermedades asociadas y la motivación, autoconfianza, expectativa y adherencia al tratamiento del paciente. No todas las obesidades son iguales, por eso es necesario adecuar el programa de tratamiento a cada individuo en particular.
Para lograr el abordaje integral, trabajamos el problema desde distintos enfoques, incorporando múltiples disciplinas. Contamos con especialistas en nutrición clínica y endocrinología, que trabajan en conjunto con licenciados en psicología, nutrición y actividad física, para aportar al tratamiento distintas herramientas que van desde prescripciones farmacológicas hasta planes alimentarios y de ejercicio, terapias para el cambio de conductas individuales y grupos motivacionales.
En los casos de obesidad moderada – severa, o para las obesidades con complicaciones como diabetes, hipertensión o apnea del sueño, brindamos la solución quirúrgica, llevada a cabo por uno de los más reconocidos equipos de cirujanos bariátricos del país.
Nuestro objetivo es la recuperación de la salud de nuestros pacientes y lograr cambios en sus conductas. El éxito en el tratamiento no sólo es la pérdida de peso, si bien la incluye. Éxito es perder peso y mantenerlo, pero además éxito es alcanzar el “fitness metabólico” o aptitud metabólica, que incluye mejorar la presión arterial si estuviera alta, mejorar el colesterol, la glucemia, etc. Éxito es también aprender a manejar las emociones, aprender a regular la ingesta, aprender a ser activo cada día. Éxito es lograr que el paciente incorpore pautas en sus elecciones cotidianas, que pueda elegir lo conveniente, entre las variadas opciones que tiene cada día.
